Patologías
Envejecimiento Cerebral
El mantenimiento de la juventud y la
prolongación de la vida, incluyendo la idea de inmortalidad, han
definido un largo anhelo de la humanidad.
El envejecimiento es un proceso biológico natural e inevitable que se
caracteriza por una serie de alteraciones que repercuten tanto en el
funcionamiento interno del organismo como en su aspecto externo, con
deterioro de las funciones fisiológicas y disminución de la capacidad de
adaptación a stress biológicos, físicos, psicológicos, ambientales y
sociales.
El envejecimiento cerebral con el declive de sus funciones
intelectuales, es uno de los síntomas de la senectud. Los cambios en las
funciones cognitivas y en las áreas conductuales aumentan en frecuencia
con la edad.
Hay evidencias clínicas del funcionamiento intelectual que caracterizan
el envejecimiento cerebral:
• Existe un enlentecimiento del procesamiento en todas las áreas
cognitivas, pero la certeza de la respuesta se encuentra intacta.
• El vocabulario, comprensión e información se mantienen indemnes hasta
los 90 años si no hay patología previa.
• La mayoría de los distintos tipos de memoria ( remota, inmediata)
permanecen bastante estables.
• La atención y la concentración están levemente disminuidas.
Son numerosas las teorías que tratan de explicar las causas del
envejecimiento, pero los procesos dinámicos responsables de estos
cambios se pueden resumir en tres grandes categorías biológicas: la
genética, la hormonal y la bioquímica.
La hipótesis de que el envejecimiento está genéticamente modulado se
basa en los factores relacionados con el genoma de la célula, ya sea
porque desde el nacimiento ya está programada la duración de nuestra
vida o porque se producen alteraciones en el ADN debido a factores
externos y/o internos que provocan alteraciones cromosómicas como las
que se ven el un organismo envejecido.
Con la edad se observa un enlentecimiento de los procesos fisiológicos
originados por un deterioro o fallo de las glándulas hormonales o de las
vías neurohormonales de intercomunicación.
Se ha estudiado el papel que desempeñan las diferentes hormonas en este
período involutivo y se ha observado que cuando los niveles hormonales
disminuyen, especialmente de hormona de crecimiento, la DHEA, la
melatonina y otras, el organismo pierde su capacidad de reacción a los
estímulos externos, incapaz de adaptarse a ellos, envejece.
La teoría de daño celular producido por la
presencia de radicales libres con la consecuente lesión mitocondrial es
la que predomina en estos momentos. Esta propone que durante los
procesos de oxidación, mediante los cuales se obtiene la energía para
los procesos metabólicos, se producen sustancias tóxicas que lesionarían
de forma progresiva la estructura y la función celular.
Obviamente el organismo cuenta con
mecanismos de defensa contra estas sustancias, pero si el daño continúa,
se produce un stress oxidativo cuya consecuencia es el envejecimiento
celular y, por consiguiente, del cuerpo.
La Medicina anti-aging, Medicina
antienvejecimiento o Medicina de la Longevidad es el conjunto de
tratamientos y procedimientos médicos tendientes a prolongar la vida,
retrasar los signos y síntomas del envejecimiento, mejorar la calidad de
vida y recuperar las funciones fisiológicas deterioradas por el paso del
tiempo. No solamente trata las alteraciones que aparecen como causa de
la vejez sino que busca prevenir la aparición de las mismas.
El objetivo de nuestro Departamento de Medicina anti-aging es prevenir,
retrasar y restaurar las funciones deterioradas mediante la utilización
de los nuevos avances científicos en Terapia Biológica y Terapia de
sustitución hormonal (hormona de crecimiento, DHEA).
Antes de decidir el tratamiento antienvejecimiento que cada paciente
necesita, se realiza una serie de estudios destinados a evaluar el grado
de envejecimiento y las características sintomatológicas del mismo.
Mediante un chequeo generalizado, se puede
descartar cualquier tipo de enfermedad, conocida o no, ya que el
tratamiento vaya dirigido a personas sanas o aquellas que presentan
diferentes patologías pasibles de ser controladas o revertidas.
La valoración del estado biológico del paciente
se realiza por medio del:
• Examen clínico, análisis de sangre de rutina y hormonales,
electrocardiograma y Rx de tórax.
• Evaluación del estado nutricional y del sueño.
• Actividad física realizada.
• Estudio de perfil lipídico.
• Valoración cutánea y estética.
TRATAMIENTO DE REJUVENECIMIENTO:
En función de los datos obtenidos, se determina el tratamiento a realizar
para cada paciente.
Nutricional:
Se basa en recomendaciones nutricionales y de hábitos de
alimentación encaminados a mejorar el estado metabólico y digestivo del
paciente, que ayudarán a la terapia enzimática para que ésta tenga efectos
más rápidos y evidentes.
Físico:
Un especialista en ejercicio físico determinará cuál es el tipo de
ejercicio más adecuado para mantener o recuperar el estado óptimo a nivel
físico, teniendo en cuenta la situación actual y la edad del paciente.
Antioxidante:
Consiste en la administración de antioxidantes, como las vitaminas C
y E, betacarotenos y otros medicamentos que ayudan a restablecer el
equilibrio bioquímico y metabólico del paciente, aportando energía,
vitalidad y bienestar.
Terapia de sustitución hormonal:
La indicación de hormonas, cuando se ha observado la disminución de
las mismas, produce una serie de cambios a nivel físico y psíquico del
paciente, recuperando su energía, fuerza muscular, actividad sexual y
mejorando el estado de ánimo. Tanto la somatotrofina, como la DHEA y la
melatonina se usan en:
• El síndrome menopáusico y sus consecuencias
asociadas, como la osteoporosis.
• El síndrome andropáusico y la impotencia hormonal.
• Pérdida de memoria y capacidad de concentración.
• Falta de energía, apetito y capacidad para el trabajo.
• Capacidad de adaptación y recuperación reducidas.
• Trastornos del sueño.
• Síntomas y signos de desgaste en el envejecimiento.
Estos objetivos se pueden cumplir con
hormonoterapia de sustitución, teniendo en cuenta que con la edad se
produce la disminución de todas las hormonas que entran en el
mantenimiento de la sincronización de nuestros ritmos biológicos.
MELATONINA:
Los ritmos circadianos o reloj biológico, marcados genéticamente,
están sincronizados por la secreción de melatonina que es una hormona
segregada por la glándula pineal, médula ósea, retina y otros órganos, y
cuya excreción es estimulada por la oscuridad, con un pico nocturno que
le sirve al organismo para iniciar el sueño y para identificar el
momento del día o del año en que se encuentra.
Su máxima secreción es en la pubertad y
comienza a disminuir paulatinamente alrededor de los 40 años, teniendo a
los 50 años sólo el 50 %. Esta disminución produce una desincronización
interna con alteraciones funcionales y conductuales que poco a poco, van
mermando la capacidad de adaptación de la persona, uno de los signos del
envejecimiento.
También durante esta etapa, se produce la liberación de radicales libres
por stress oxidativo, lo que acelera los síntomas de la vejez.
Tras la administración de melatonina, los pacientes refieren una notable
mejoría de la calidad del sueño, que se hace menos fragmentado y
profundo y da una sensación subjetiva de descanso.
La melatonina es un potente antioxidante
natural, produce sedación y tomada en forma continua mejora la
concentración, la memoria y la atención.
DHEA: ( Dehidroepiandrosterona)
Es una hormona segregada por las glándulas suprarrenales que interviene
en todas las funciones fisiológicas y metabólicas del cuerpo y que alcanza
su nivel máximo a los 20 años comenzando a disminuir en forma progresiva a
partir de los 30, como las demás hormonas de organismo.
Este declive se relaciona con un incremento del riesgo de enfermedad
cardiovascular, de deterioro del sistema inmunitario y del envejecimiento en
general.
Su administración enlentece, previene y mejora los síntomas de la senectud, la
obesidad, la fatiga crónica y la depresión.
En pacientes mayores de 65 años se observa aumento del rendimiento físico,
del bienestar, una percepción estética positiva al ver los efectos
rejuvenecedores a nivel de piel, mayor masa muscular, menor grasa abdominal
y aumento de la libido.
Esta hormona está contraindicada en aquellos pacientes con antecedentes de
cáncer, de trastornos hormonales y su ingestión debe ser administrada y
controlada periódicamente por un profesional entrenado en medicina anti-aging.
SOMATOTROFINA:
Llamada también hormona de crecimiento y hormona de la juventud, se
encuentra en abundancia en la hipófisis y tiene una secreción pulsátil mayor
en las 2 primeras horas de sueño, durante la fase de sueño profundo de ondas
lentas.
Su función más importante es el crecimiento, especialmente en la infancia y
en la pubertad.
Al ser una hormona anabólica actúa a nivel de los cartílagos de conjunción
estimulando la multiplicación de las células cartilaginosas, musculares y de
los demás órganos.
Colabora en el mantenimiento de la composición corporal y promueve la
reparación de los tejidos, por ello segregada por el propio organismo o
administrada en forma exógena, actúa como antioxidante y rejuvenecedora en
la edad adulta, además de otros beneficios como:
Aumento de la masa muscular con un incremento
de la fuerza. Disminución de la grasa corporal, especialmente abdominal.
Modula la estructura y funcionamiento miocárdico, disminuyendo el riesgo
cardiovascular.
Aumento de la memoria, concentración, atención
y capacidad de trabajo.
Aumento de la masa ósea, combate la osteoporosis.
Mejora la imagen corporal al cambiar la textura y la pigmentación de la
piel.
La terapia de sustitución está indicada en mayores de 60 años, pero no está
exenta de efectos secundarios que deben de tomarse en cuenta especialmente
en tratamientos prolongados o en dosis no adecuadas. Este tratamiento debe
ser supervisado por médicos especialmente dedicados a la terapia de
rejuvenecimiento.
Celuloterapia:
Consiste en la aplicación por vía inyectable y bebible de células
embrionarias similares a las que forman nuestro organismo. Es un material
biológico igual o equivalente, nuevo y activo que renueva y reemplaza a
otros agotados, inactivos, carenciados o en desequilibrio.
Estas sustancias reactivan, regeneran y
revitalizan a las células desgastadas, con lo cual se cumple el principio
biológico de los recambios moleculares que sirven para la reparación de la
vida celular en forma permanente.
Con la Terapia Biológica celular o molecular se logra detener el
envejecimiento hasta los límites programados por nuestro código genético y
hacer retroceder y desaparecer los síntomas originados por ciertas
patologías pasibles de ser tratadas. Con esto se restablece una mayor
funcionalidad equivalente a una mejor salud y calidad de vida.